Muchas veces nos esforzamos por sacar el mayor partido a las horas que pasamos en el trabajo, pero sentimos que no damos el 100% de nosotros. Conseguir un ambiente laboral óptimo es complicado en la mayoría de las ocasiones: el estrés nos invade, las tareas nos desbordan, no sabemos desconectar… Se nos olvida que para cumplir con una buena jornada laboral es recomendable seguir ciertas pautas que nos ayudan a concentrarnos y distribuirnos mejor el tiempo.
A continuación, podréis encontrar una lista en la que incluimos 8 consejos para organizar mejor el día a día en el trabajo. Pequeños cambios que pueden suponer una gran mejora en nuestra productividad.
Planificación
Organízate bien
¿Cómo podemos evitar la desorganización? Empieza creando un calendario de tareas para distribuir tanto el trabajo diario como el semanal o mensual. De esta forma tendrás a la vista todo lo que tienes que hacer a corto o medio plazo. Tras crearlo, puedes establecer una rutina para las posibles tareas periódicas, si les asignas un día a la semana o unos minutos al día para cumplirlas, te acostumbrarás a llevar los mismos horarios.
En cuanto a aquellas actividades que tienes que hacer a diario, estructúralas de forma que te permita realizar las más costosas primero y dejar las más fáciles para el final de la jornada. Intenta no coger la costumbre de empezar nuevas tareas si no has finalizado con las anteriores, ¡podría desconcentrarte! Y si el trabajo que tienes que hacer es voluminoso, intenta dividirlo en actividades más pequeñas para que no resulte tan pesado.
Optimiza el tiempo
Que no se te olvide anotarlo todo para que no quede nada por hacer. Si dejas tus responsabilidades por escrito podrás percibir mejor la magnitud de trabajo que tienes para cada día y podrás distribuirte mejor el tiempo. Reserva también unos minutos nada más llegar y justo antes de irte para hacer un recuento de tareas: qué es lo que tienes que hacer y qué has terminado haciendo. Por último, para mejorar tu efectividad, obsérvate y conoce tus horas más productivas del día. Así podrás dejar las tareas más laboriosas para tus horas de mayor concentración.
Entorno
Crea un ambiente adecuado
El entorno es fundamental a la hora de trabajar. Es importante que analices los momentos en los que puedas estar en una atmósfera más relajada y los momentos en los que necesitas estar más abstraído de tu alrededor. Si te gusta trabajar con música, selecciona el género que te haga ser más productivo o con el que te sientas más motivado. Y no olvides cuidar el clima: la iluminación y la temperatura pueden afectar a la concentración, así que intenta crear un ambiente agradable en tu entorno laboral.
Desconecta del trabajo
Los momentos de descanso son esenciales. Para aprovecharlos, acondiciona espacios dirigidos a esta actividad. A lo largo de la jornada es recomendable reservar unos minutos para descansar y poder abordar el trabajo que queda con más energía. No te olvides de hacer pausas para comer, esto te ayudará a cargar pilas para el resto del día. Y, cuando sea hora de volver a casa, deja los temas laborales en el trabajo. Desconecta hasta el día siguiente para que tu mente descanse.
Comunicación
Saca partido al trabajo en equipo
Esta estrategia te permite poner en común ideas, problemas o soluciones y analizar los diferentes puntos de vista para tomar la decisión correcta. Recibe feedback de otros compañeros: en ocasiones, una opinión externa puede ayudarte a ver aspectos que por ti mismo no identificabas.
Conecta con tus compañeros
Establece una buena relación. Esto ayudará a mejorar el ambiente de trabajo, incrementando la confianza y el bienestar general. Comparte con ellos los momentos de descanso y desconexión y aprovecha la cercanía para conocerlos mejor, descubrir cómo trabajan y potenciar las aptitudes en equipo.
Motivación
Establece objetivos
Para sentirte satisfecho contigo mismo, puedes empezar por proponerte objetivos a corto plazo: son más asequibles al ser más inmediatos que aquellos establecidos para un plazo más largo, además pueden incrementar tu motivación más fácilmente al finalizarlos más rápido. Ve subiendo el nivel fijándote metas realistas pero exigentes, para sentirte realizado y progresar cada vez más. Establece también fechas límite para tus tareas e intenta salir de la oficina con la lista completada.
Prospera profesionalmente
Puede suponer un gran impulso a tu motivación y confianza, por eso puedes intentar superarte en el trabajo cada día para incrementar tu determinación y seguridad. Pero, sobre todo, ¡tómatelo en serio! Trabaja duro para conseguir los objetivos propuestos.
A lo largo de una jornada laboral existen muchos factores que pueden afectar de una forma u otra a la productividad de los trabajadores. Cada persona es un mundo y cada uno tiene sus propias estrategias. Un mismo sistema no funciona igual para todos, pero combinándolo según tu personalidad y forma de trabajar, estos consejos pueden suponer una mejora sustancial en la productividad del espacio de trabajo en general y de cada empleado en particular. Y tú, ¿qué piensas?